EN DEFENSA DEL PREMIO CERVANTES CHICO (2)
HABLANDO DE CERVANTES
HABLANDO DE CERVANTES
“A
ver si UD., Sr. Asesor me lo puede explicar”.
“¿De
qué ataques al Premio habla Vd.?”.
“Debería
explicar por qué”.
“También
debería explicar por qué si el Premio…”.
“Vamos
a ver, diga una sola vez la verdad”.
“Por favor, una sola vez”.
“Me temo que Vd., no podrá
decirlo”.
“…pero
sí le quiero hacer una pregunta”.
“Una vez más, por favor,
le pido que explique a los lectores”.
“Explique a los lectores”.
“Explique a los lectores”.
“Niegue, si puede y tiene
valor para ello”
“Explique por qué le
parece eso mejor”.
No obstante, conviene recordar y aclarar que la carta dirigida al asesor no es más que un inútil intento de camuflar el origen del problema: el registro del dominio del premio sin permiso del auténtico organizador, el Ayuntamiento, y de la frustrada negociación económica que pensaba llevar a cabo el registrador de dicho dominio. Es decir, cuestión de dinero.
Todo lo demás es camuflaje: la elección de un autor es una excusa; lo de la privatización se ha demostrado falsa... igual que el resto.
La técnica del camuflaje tampoco ha salido bien: todo el mundo sabe ya de qué va esta historia que, descabelladamente, sigue alargando.
Para que no queden dudas, y ante la insistente invitación a responder, lo hacemos con todo lujo de detalles.
* * * * * * * * * *
Cuando se forma parte de un jurado literario es
conveniente leer bien las Bases y enterarse de lo que luego se vota. (Para eso
se entrega una copia a cada miembro del Jurado al comienzo de la sesión).
En ninguna línea de las Bases del Premio
Cervantes Chico se pide que el autor ganador deba tener una “amplia trayectoria
literaria”.
En cualquier caso, tanto si se trata de ignorancia, de incapacidad para comprender bien lo que se lee o de mala fe, es correcto que se valore a un autor por su popularidad. Y por visitar colegios y tener una obra utilizada como recurso educativo y didáctico.
Sin embargo, esto nos lleva a algunas preguntas: Si pudo hacer una “defensa numantina” ante el Jurado que, finalmente, votó otra opción por mayoría, ¿a qué viene todo esto?
O sea, que el tema se debatió y el Jurado votó por mayoría a la opción que estos dos miembros no querían. ¿Quizá pensaba esta pareja que el Jurado tenía que votar lo que ellos preferían? ¿Creían que sus razonamientos eran mejores que los de los otros seis miembros del Jurado?
Incluso podemos recordar como estas dos personas, durante su "defensa numantina", llegaron a decir que el Premio se iba a desprestigiar si el jurado no seguía sus consejos. Vamos, que no hubo presión.
El caso es que, a partir de entonces, se desencadena una campaña mediática para denunciar algo que, la misma persona que denuncia, reconoce finalmente, como estamos viendo, que todo se ha hecho bien y que tuvo la oportunidad de hacer una “defensa numantina” de sus ideas y objeciones, en compañía de otro miembro que también expuso sus argumentos con toda libertad.
“Pero lo más sorprendente es que Vd., me tacha de osado por haber hecho la página…”
Aclaremos rápidamente que es el Ayuntamiento el que le ha pedido que la retire. Y sí, fue una osadía abrir una página web sin permiso ni consentimiento del Ayuntamiento, que es el organizador del evento, y se le advirtió desde el principio.
“… y niéguelo si puede, Vd., y yo formamos parte del equipo que la abrimos inicialmente”.
Negado queda. Nunca hubo ningún equipo, hubo alguien que ayudó en el diseño y en la puesta en marcha a alguien que había comprado un dominio y que no sabía ejecutarla. Ayuda desinteresada, por cierto.
“Eso sí, aunque era una idea mía Vd., en aquellos momentos no tuvo ningún reparo en participar en la elaboración de la misma…”
No hubo ningún reparo en ayudar a alguien que tenía un proyecto y por lo que no se le cobró nunca nada. Ayudar no es participar. El negocio era de quien compró el dominio y de quien quería explotarlo.
“Aunque, como siempre, al final el único que pagó los gastos fui yo”.
Efectivamente, es cierto. ¿Pero, quién los iba a pagar? Siempre es así: el que pone en marcha un negocio paga sus gastos. Máxime cuando no tiene ningún socio.
“Niegue, si puede y tiene valor para ello, que Vd., no tenía las claves de acceso o que incluso fue el que creó personalmente la cuenta de correo de la página”.
Tener las claves de acceso para ayudar en el diseño no es formar parte del proyecto; los webmasters tienen las de sus clientes y eso no significa que sean socios.
Todo queda aclarado cuando el Ayuntamiento pide que se retire la página y se le pide dinero y quien le ayuda le comunica automáticamente que dejará de ayudarle.
Eso sí, sin haber recibido ninguna retribución, ni haberla pedido y sin el agradecimiento del dueño del proyecto, o sea, el propietario único y explotador del dominio.
De haber existido el "equipo" del que habla, las cosas no habrían llegado a este punto; jamás se le habría pedido dinero al Ayuntamiento por compartir un dominio que, en justicia, le pertenece, y la página web se habría cerrado en el mismo instante en que el Ayuntamiento lo requirió.
Pero no había equipo.
Había un propietario de un dominio, comprado con su dinero, que tomaba sus propias decisiones bajo su propia responsabilidad.
Por eso las cosas están como están.
.
Por eso resulta extraño que alguien se
queje de que un autor gane el Premio sin tener esa “amplia trayectoria
literaria”.
El que hace eso sólo demuestra que no ha
leído las bases.
Aunque también puede tratarse de un
asunto de mala fe.
En cualquier caso, se trate de
ignorancia o de mala fe, es falso que lo de la “amplia trayectoria literaria”
sea un requisito indispensable.
Para demostrarlo, reproducimos las Bases
en las que se puede ver que lo de la “amplia trayectoria literaria” no consta.
"El Premio Cervantes Chico distingue a un escritor o escritora de
lengua castellana cuya trayectoria creadora destaque por su labor en el campo
de la literatura infantil y juvenil. Para su designación se tendrán en cuenta
los méritos literarios y criterios como la popularidad y la utilización de la
obra del escritor como recurso educativo y didáctico en los centros escolares,
así como aquellos otros que el jurado estime en su valoración".
Si alguien tiene dudas, puede consultar
estas Bases en la Página Oficial del Premio Cervantes Chico:
http://www.ayto-alcaladehenares.es/cervantes_chico/
http://www.ayto-alcaladehenares.es/cervantes_chico/
Queda claro que la famosa “amplia
trayectoria literaria” no existe.
Dejamos al criterio del lector determinar si se ha utilizado por ignorancia
o por mala fe.
* * * * *
HAY QUE LEER LAS BASES Y ENTENDERLAS
Las Bases hacen referencia clara a la popularidad y considera
positivamente este valor. Así que nadie puede alegar que la popularidad del
premiado no es un mérito para ganar el Premio ya que las Bases así lo
especifican:
“Para su designación
se tendrán en cuenta criterios como la
popularidad y la utilización de la obra del escritor como recurso educativo y didáctico en los
centros escolares…”
Más claro, el agua.
Por lo tanto no se entiende el motivo de la queja y sólo se explica
en el ámbito de no haber leído bien las Bases o haberlas interpretado mal.
A menos que se trate de un asunto de mala fe.
En cualquier caso, tanto si se trata de ignorancia, de incapacidad para comprender bien lo que se lee o de mala fe, es correcto que se valore a un autor por su popularidad. Y por visitar colegios y tener una obra utilizada como recurso educativo y didáctico.
O sea, que el autor que no les gusta a algunos, cumple todos los
requisitos que marcan las Bases. Por eso, los otros miembros del Jurado, que
han leído las Bases y las han entendido correctamente y han actuado de buena fe,
le votaron.
También hay que aclarar que no es lo mismo “Vender miles de libros de un par de títulos juveniles” que vender ciento de miles de seis títulos
juveniles.
En
cuanto a la “la idoneidad, o no, del
nominado”, ya la decidió la mayoría del Jurado, después de leer y
comprender correctamente las Bases. Y parece que consideró positivamente la
idoneidad del nominado.
También dejamos en este caso que el criterio de los lectores decida
si se trata de un caso de ignorancia, incapacidad para comprender o de simple
mala fe.
* * * * *
NO TE PONGAS EN EVIDENCIA
¿Qué os parece la siguiente pregunta?:
¿cuándo intenté yo presionar al
jurado para que votase a este u otro autor?
La repuesta se la da él mismo cuando, algunos párrafos después, dice:
“…expliqué por activa y por pasiva en público y en privado mi disconformidad con un nominado por Vd., y luego votado por la mayoría”.
La repuesta se la da él mismo cuando, algunos párrafos después, dice:
“…expliqué por activa y por pasiva en público y en privado mi disconformidad con un nominado por Vd., y luego votado por la mayoría”.
Por si
alguien tiene alguna duda de que no presionó, añade un poco después:
“…creo recordar que fue mi defensa
numantina de la esencia del Premio de ese año…”.
No fue
presión, fue “defensa numantina”.
Sin embargo, esto nos lleva a algunas preguntas: Si pudo hacer una “defensa numantina” ante el Jurado que, finalmente, votó otra opción por mayoría, ¿a qué viene todo esto?
Si las cosas
se han hecho democráticamente y ha podido defender sus argumentos, ¿cuál es el
problema? ¿Es que no acepta la decisión del jurado? ¿Es que es un mal perdedor?
¿Qué busca con toda esta campaña mediática si todo se ha hecho correctamente?
Para que
todo el mundo lo entienda mejor, añade: “recuerdo
que en el Jurado ese año hubo algún miembro más que compartía mis argumentos
“literarios”. Muy bien, eso significa que todo el mundo tuvo la ocasión de
dar su opinión y de defender sus posturas.O sea, que el tema se debatió y el Jurado votó por mayoría a la opción que estos dos miembros no querían. ¿Quizá pensaba esta pareja que el Jurado tenía que votar lo que ellos preferían? ¿Creían que sus razonamientos eran mejores que los de los otros seis miembros del Jurado?
Incluso podemos recordar como estas dos personas, durante su "defensa numantina", llegaron a decir que el Premio se iba a desprestigiar si el jurado no seguía sus consejos. Vamos, que no hubo presión.
El caso es que, a partir de entonces, se desencadena una campaña mediática para denunciar algo que, la misma persona que denuncia, reconoce finalmente, como estamos viendo, que todo se ha hecho bien y que tuvo la oportunidad de hacer una “defensa numantina” de sus ideas y objeciones, en compañía de otro miembro que también expuso sus argumentos con toda libertad.
O sea, que
todo se reduce a un berrinche de gente que no sabe perder. Y que, posiblemente, echa de menos los tiempos en que no había jurado.
Pero también es una farsa que le sirve de excusa para camuflar sus verdaderas intenciones y apoyarse en ella para lanzar una campaña mediática de desprestigio contra todo lo que tenga que ver con el premio.
Pero también es una farsa que le sirve de excusa para camuflar sus verdaderas intenciones y apoyarse en ella para lanzar una campaña mediática de desprestigio contra todo lo que tenga que ver con el premio.
* * * * *
DEMOSTRAR ES PROBAR
“... ha vertido en su escrito pleno de bilis y
falsedades, como ahora le demostraré”.
Cuando alguien dice que va a demostrar algo, tiene que hacerlo con pruebas.
Si se limita a decir lo que le conviene, no sólo no demuestra lo
que desea, además se pone en evidencia al decir cosas insustanciales que no
demuestran nada.
Por muchas veces que repita la palabra “falsedad”, no demuestra
que lo son.
Por lo tanto, es una incongruencia decir que va a demostrar algo y luego
no hacerlo.
Una cosa es demostrar y otra insistir en lo mismo.
Sobre todo cuando, más que demostrar, se contradice todo el tiempo,
como estamos viendo a cada paso que damos.
* * * * *
LA PÁGINA WEB DE LA DISCORDIA
Abrir una página web sin permiso de los
organizadores es una mala idea y acaba mal. Tratar de evitar las
responsabilides echando la culpa a otros, no tiene calificativo.“Pero lo más sorprendente es que Vd., me tacha de osado por haber hecho la página…”
Aclaremos rápidamente que es el Ayuntamiento el que le ha pedido que la retire. Y sí, fue una osadía abrir una página web sin permiso ni consentimiento del Ayuntamiento, que es el organizador del evento, y se le advirtió desde el principio.
“… y niéguelo si puede, Vd., y yo formamos parte del equipo que la abrimos inicialmente”.
Negado queda. Nunca hubo ningún equipo, hubo alguien que ayudó en el diseño y en la puesta en marcha a alguien que había comprado un dominio y que no sabía ejecutarla. Ayuda desinteresada, por cierto.
“Eso sí, aunque era una idea mía Vd., en aquellos momentos no tuvo ningún reparo en participar en la elaboración de la misma…”
No hubo ningún reparo en ayudar a alguien que tenía un proyecto y por lo que no se le cobró nunca nada. Ayudar no es participar. El negocio era de quien compró el dominio y de quien quería explotarlo.
“Aunque, como siempre, al final el único que pagó los gastos fui yo”.
Efectivamente, es cierto. ¿Pero, quién los iba a pagar? Siempre es así: el que pone en marcha un negocio paga sus gastos. Máxime cuando no tiene ningún socio.
“Niegue, si puede y tiene valor para ello, que Vd., no tenía las claves de acceso o que incluso fue el que creó personalmente la cuenta de correo de la página”.
Tener las claves de acceso para ayudar en el diseño no es formar parte del proyecto; los webmasters tienen las de sus clientes y eso no significa que sean socios.
Ayudar a abrir una cuenta de correo es ayudar, no
formar parte del proyecto. Los webmasters lo hacen para sus clientes, pero no significa que formen parte del proyecto.
Nunca hubo nada más allá de una ayuda desinteresada, por mucho que soñara con otra cosa.Todo queda aclarado cuando el Ayuntamiento pide que se retire la página y se le pide dinero y quien le ayuda le comunica automáticamente que dejará de ayudarle.
Eso sí, sin haber recibido ninguna retribución, ni haberla pedido y sin el agradecimiento del dueño del proyecto, o sea, el propietario único y explotador del dominio.
De haber existido el "equipo" del que habla, las cosas no habrían llegado a este punto; jamás se le habría pedido dinero al Ayuntamiento por compartir un dominio que, en justicia, le pertenece, y la página web se habría cerrado en el mismo instante en que el Ayuntamiento lo requirió.
Pero no había equipo.
Había un propietario de un dominio, comprado con su dinero, que tomaba sus propias decisiones bajo su propia responsabilidad.
Por eso las cosas están como están.
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