EN DEFENSA DEL PREMIO CERVANTES CHICO
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Justamente al día siguiente de
presentar a la premiada 2014, Maite Carranza, se publica el primer titular
lanzado por la Asociación: “El Alcalde
privatiza el Premio Cervantes Chico”. Pero surgirán más: “El Ayuntamiento expulsa a la Asociación” “El Premio es una farsa y no queremos
participar”…
No contentos con eso, hacen
entrevistas en las que dejan caer frases como estas: “Se han cometido irregularidades” “El alcalde es un traidor”… y otras que preferimos obviar.
Además, la Asociación
divulga una carta enviada al Alcalde que no tiene desperdicio.
En ella se denuncian varios temas que,
a su modo de ver, no se están haciendo bien y que solo ellos pueden corregir.
Además de algunas quejas sobre el sistema de votación y de alegar que se están
vulnerando las bases del Premio, sugieren que el Asesor manipula el Premio
entregándolo a sus amigos, lo que significa que los Premiados están en el
asunto y lo consienten… y que el Jurado, que tiene la última palabra con su
votación, también está implicado desde hace años.
Poco después, el Ayuntamiento y la
Asociación firman un acuerdo de dos puntos: Revisar los Estatutos y la
composición del Jurado.
Ya no se habla de la privatización
ni de irregularidades, ni de farsas, ni de premios amañados, ni de
patrocinadores… Nada de todo eso importa ya.
Lo único que interesa son los
Estatutos y la Composición de Jurado.
Cualquiera diría que eran denuncias
para presionar y llamar la atención.
Presiones para conseguir algo que encajase
con sus intereses: los Estatutos y el Jurado.
Reescribir Estatutos y componer un Jurado
a su medida. Ahí radicaba todo su interés.
En una entrevista publicada en un
semanario alcalaíno lo explicaba muy bien el Presidente de la Asociación: “un jurado
con más libreros”. Se supone que se refiere a libreros de su Asociación, claro.
Ahora ya sabemos lo que buscaban.
Llegados a este punto, conviene
dejar claro que nosotros no pretendemos quitar ni sus méritos ni sus derechos a
la Asociación (si es que los tiene), con la que hemos colaborado
desinteresadamente, sin cobrar un céntimo, aportándole autores a sus casetas de
la Feria del Libro (32 autores en 2013 y 20 más en 2014) para que ganaran
dinero con sus ventas.
No, nadie ataca a la Asociación.
Es la Asociación la que pone en
tela de juicio la honestidad de los autores al lanzar la extravagante sospecha
de que se puede haber practicado el “amiguismo” a su favor y pueden hacer
recibido el Premio por amistad y de que estos Premiados pueden haber sido
cómplices pasivos. Y acusa casi de cohecho al Jurado por haber dado el Premio a
autores recomendados.
Dicho de otra manera: ellos son los
únicos buenos de esta historia y, los demás, muy malos.
Pero este año, la Asociación, con
su espantada, ha hecho algo muy extraño: ha demostrado que no hace ninguna falta en
el Premio.
Ni ha participado en el Jurado ni
ha repartido los libros entre los niños, cosa que ha tenido que hacer la
Concejalía a causa de su abandono. No se le ha echado en falta. Si no volvieran
al Premio, su ausencia no se notaría.
Con su retirada han dejado sitio
para un nuevo patrocinador… y para los que vengan…
Se han ido cuando han querido y han
vuelto cuando les ha parecido bien, sin haber sido ni expulsados ni reclamados.
Han actuado en plena libertad. Y han dejado ver sus intenciones.
Lo han hecho ellos solos, sin que
nadie les haya presionado.
Por propia voluntad.
Han enseñado sus cartas.
Y ahora, presuntamente, sabemos lo que quieren…
FIN DE LA PRIMERA PARTE.
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